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Si por una cosa destaca Madrid es por la posibilidad de poder disfrutar de una gran oferta y variedad de lugares dónde disfrutar de todo lo que tiene relación con cualquier tipo de gastronomía. De hecho, uno de los principales atractivos de la capital de España es justamente que escoger dónde comer en Madrid se vuelva un verdadero suplicio ante la inmensidad de sitios donde hacerlo y hacerlo bien. Básicamente, la genialidad reside en la posibilidad de poder degustar cualquier tipo de gastronomía regional de toda España a pocos metros en si. En casi todos los barrios centrales de Madrid puedes encontrar buenos restaurantes, y de hecho, la oferta es amplia y se adapta a los gustos de la persona de una forma bastante global.

De esta forma, es habitual que puedas encontrar restaurantes y bares en antiguas tabernas al más puro estilo medieval, a la vez que encontrar los más modernos y sofisticados restaurantes de alta cocina europea actual. Este extraño cruce entre lo antiguo y lo moderno dota a Madrid de una cultura gastronómica diferente, de fusión entre todas las regiones españolas así como de las más típicas tapas, que harán las delicias de la mayoría de extranjeros poco habituados a poder ir picoteando en pequeños platos un surtido de productos típico de la ciudad.

Así que dónde comer en Madrid no se vuelve demasiada preocupación, existen los restaurantes más caros, reservados para ocasiones especiales, que se concentran en la zona de Salamanca, Padro, Retiro y el norte de Madrid, aquí puedes pasar una velada romántica sin mayores problemas, o celebrar alguna novedad existencial por todo lo alto. Pero también Madrid se adapta a los bolsillos más modestos, con una red de bares tradicionales que harán las delicias de aquellos amantes del tapeo.

Hay un elemento importante para entender Madrid y su gastronomía, y es que para los habitantes del lugar dónde comer en Madrid es uno de los mayores placeres, por lo tanto las largas horas a la mesa entre una, o dos copas de vino son habituales, y marcan parte del carácter y la forma de relacionarse de los madrileños, capaces de compartir mesa y plato con amigos y familiares durante horas sin mayores problemas.